viernes, 30 de mayo de 2014

El arte de regar el #HuertoUrbano

Ya tenemos nuestras plantitas, muchas incluso ya han sido trasplantadas para dar lugar, en el germinador, a nuevas semillas que garanticen que no nos quedaremos sin hortalizas durante la temporada. Si sembraste frijoles, chícharos o jitomates, va siendo hora de ponerles un "sargento" o una vara para que se guíen y no caigan en la tierra. Pero... ¿sabemos regar las plantas?

Además, hay técnicas que pueden ayudarnos mucho incluso en la parte del ahorro de agua, así que va esta entrega para dar algunas ideas de qué hacer con el riego de la hortaliza.


1. Es indispensable tener claro que el suelo donde están nuestras plantas debe estar siempre húmedo, pero nunca inundado ni empapado, pues ello pudre las raíces, matando las plantas. No podemos decir cada cuánto tiempo se debe regar, porque eso depende de la temperatura y humedad del lugar donde se viva, pero es buena idea observar, e incluso tal vez tocar la tierra antes de regarla.

2. Procura que el suelo siempre esté conformado por materiales que permitan una buena filtración; la vermiculita, el sustrato y la turba por sí mismos ayudan, pero si sembraste en tierra, sólo asegúrate de que ésta esté siempre aireada; si ves que se compacta, aflójala con una pala pequeña o una cuchara sopera dispuesta para tal fin, de modo que el agua no se encharque.

3. Cuando riegues, procura siempre hacerlo sobre la tierra y no sobre las plantas. Esto, porque el agua podría quemar o manchar las hojas, permitiendo que insectos oportunistas se metan y hagan de las suyas.

4. Riega siempre cuando el calor haya disminuido. Puede ser muy temprano en la mañana, antes de que salga el sol, o (de preferencia) en la tarde, cuando el sol se haya ido. Pero ojo, procura hacerlo cuando la temperatura haya bajado un poco, de modo que el agua no se evapore en cuanto toque el suelo, quemando las plantas.

5. Riega de manera abundante, siempre cuidando de no dejar charcos alrededor de las plantas. Si sólo pasas la regadera por unos segundos, lo más seguro es que sólo se moje la superficie, pero será muy poca el agua que llegue a las raíces.

6. No riegues demasiado, sobre todo si la tierra en la que están sembradas tus plantas no tiene buen drenaje, pues podría matar a tu planta. Lo mejor es poner agua poco a poco, siempre cuidando que el suelo absorba el agua rápidamente. Cuando veas que empieza a tardarse, deja de regar.

Si eres de quienes olvidan regar, entonces te van a gustar estas técnicas.
Toma una botella de pet con tapa y hazle hoyos por todos lados.

Ya agujerada, entierra la botella en tu maceta o cerca de la planta, cuidando de dejar parte del cuello y la boca afuera.

Rellena la botella de agua y cuida que nunca se acabe. Ello permitirá que la tierra absorba el agua que necesita y se mantenga húmeda.


Otra opción es tomar una botella de pet, hacerle hoyos en la tapa, llenarla de agua y enterrarla muy superficialmente bocabajo junto a cada planta. La ventaja de ese tipo de riego es que puedes ver cuándo se está acabando el agua, para rellenar las botellas.


Por supuesto, el tamaño de la botella de pet dependerá de la cantidad de tierra que quieras mantener húmeda. La ventaja es que la tierra no "tomará" más agua de la que necesita, pero es indispensable siempre que le dé la mínima indispensable, de modo que no se seque.

Estos son experimentos de prueba y error; si ves que tu planta se marchita, es probable que necesites una botella más grande.

Como siempre, esto es cuestión de observación.

Hay muchos más métodos, por supuesto, pero me parece que estos son de los más sencillos; pronto pondré otras opciones que tienen que ver con la permeabilidad. No duden en seguir experimentando e intentando Ü

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