lunes, 18 de agosto de 2014

Pan sin amasado

Si eres de quienes se rigen por la ley del mínimo esfuerzo, o trabajas todo el día y lo último que quieres en la vida es llegar a amasar para hacer pan, esta receta es para ti. No te la pierdas, porque puede ser tan versátil como tú quieras.


INGREDIENTES:


475 g de harina blanca.
  25 g de harina integral.
330 g de agua.
  10 g de sal.
    5 g de levadura para panadería.
150 g de mezcla de semillas (las que quieras: ajonjolí, linaza, pepitas de calabaza peladas, girasol peladas, etc.).



PROCEDIMIENTO:
1. Mezcla la levadura en el agua tibia (entre 25 y 30°C).
2. Elige un recipiente suficientemente grande, para que quepa la masa ya crecida; mezcla ahí todos los ingredientes con una mano, de modo que quede una masa homogénea y pegajosa. Si no es así, agrega más agua poco a poco hasta que adquiera esa consistencia.
3. Cuando tenga la consistencia deseada, déjala reposar por cinco minutos en el recipiente.
4. Pasado el tiempo de reposo, mete la mano, levanta una parte de la masa y dóblala sobre sí misma.
5. Tapa el recipiente herméticamente para que no se forme una costra arriba de la masa. Puede ser con una tapa del mismo recipiente o con plástico autoahderente para alimentos y mételo al refrigerador.
5 bis. Si tu refrigerador enfría mucho, conviene que pongas el recipiente en un entrepaño superior; si enfría poco o se abre muy seguido, pon la masa en un entrepaño inferior.
6. Al día siguiente, saca el recipiente del refri y ponlo en un lugar más o menos tibio por una hora.
7. Pasado ese tiempo, veras que la masa subió tanto como si la hubieras amasado.
8. Con mucho cuidado, voltea el recipiente para que la masa caiga suavemente sobre una mesa enharinada. Se trata de que no pierda el volumen que adquirió durante las horas de fermentación.
9. Con toda delicadeza, forma un rectángulo con la masa y corta dos piezas largas del mismo tamaño.
10. Pasa cada una de las piezas de masa por un paño limpio y húmedo e inmediatamente después báñalos con la mezcla de semillas de tu preferencia.
11. Acomoda las piezas de masa sobre una charola de horno cubierta de papel encerado. Cuida que haya una buena distancia entre cada una.
12. Deja las piezas de masa tapadas un par de horas para que vuelvan a fermentar.
13. Precalienta el horno a 250° centígrados y mete un recipiente metálico vacío al fondo del horno (lata limpia, charola, cacerola sin asas, etc.).
14. Cuando el horno esté bien caliente, vacía medio vaso de agua dentro del recipiente metálico y de inmediato mete el pan al horno.
15. Diez minutos después de haber metido el pan, baja la temperatura a 220° centígrados, retira el recipiente del agua y deja que el pan siga horneándose durante 25 minutos más.
16. Pasados los 25 minutos, puedes sacar el pan y dejar que se enfríe sobre una rejilla o bien, apagar el horno y dejar el pan 20 minutos más con la puerta entreabierta. Esta última opción logrará una corteza más crujiente.
VARIACIONES:
-Cuidando el peso total, puedes variar la cantidad de harina blanca y e integral.
-Cuidando el peso total, puedes cambiar las semillas por trozos de frutos secos, edulcorantes, adornos sobre las piezas, etc.

¡Disfruta!

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